En Essaouira, en pleno corazón de Marruecos, estudiaba Yasmine, una científica que conocía los más pequeños secretos de su tierra. Viniendo de la ciudad, ella penetró en el corazón de las mujeres berebéres de la región para realizar sus descubrimientos

Un día, mientras ella exploraba aquellas tierras, la joven científica se sorprendió al cruzarse con Edouard, un investigador francés que se aventuraba en las entrañas de Marruecos para explorar el mundo y sus infinitas bellezas. El encuentro de Yasmine y Edouard fue una revelación: no había duda de que el destino los había reunido y desde ese día se unieron por un amor incondicional. La pareja tenía una maravillosa vida y no sospechaba que sus días se trastocarían.

Mientras Yasmine y Edouard compraban especies, se percataron de que una mujer dejaba una canasta de donde provenía un llanto. Intrigados por la situación, la joven pareja decidió acercarse para descubrir la cara de un ángel con grandes ojos azules. De inmediato ellos comprendieron que serían los padres de una niña, era un regalo caído del cielo a la que llamarían Marie. A Yasmine le sentaba muy bien el papel de madre, pero pronto resintió el cansancio y la pérdida de brillo. Fue así como la pareja decidió consagrar su energía y su tiempo en encontrar remedios para que Yasmine recuperara su luminosidad.

UN SECRETO Y UN DESCUBRIMIENTO

Ellos comenzaron a estudiar un árbol secreto y legendario, cuyas mujeres bereberes les habían susurrado el secreto, presente únicamente en tierras marroquíes: el árbol de argán. El aceite extraído de este árbol ancestral tenía fascinantes propiedades: regeneración, hidratación y vitaminas.

Este aceite, mezclado con otros ingredientes, tenía una eficacia absoluta.

Yasmine y Edouard, consciede su descubrimiento decidieron hacer honor a su nueva vida de padres nombrando esa poderosa botella: MARIE D’ARGAN

La pareja se llevó a Marie con ellos, entre Oriente y Occidente, encontraron los activos naturales con múltiples efectos: sábila, ciprés, granada, rosa de Damasco.

Su amor por África se extendió por Asia y América Latina: Guaraná, Jojoba, Oro,Diamantes. ¡No había nada que se escondiera para ellos!